Discurso fin de curso alumnos de 4º Curso 2014-15

Parece mentira que ya hayan pasado cuatro años desde que comenzamos a recorrer estos pasillos por primera vez.
Llegamos aquí siendo unos niños; comenzaba una nueva etapa en nuestra vida y no sabíamos dónde nos llevaría ni a lo que tendríamos que enfrentarnos, aunque lo que sí sabíamos es que iba a suponer un gran cambio: conocer a nuevos profesores, más horas de clase, asignaturas diferentes, exámenes más difíciles, hacer nuevos amigos, convivir con compañeros a los que no conocíamos, en definitiva, ¡que íbamos a tener que ponernos las pilas!
Era como si todo tuviese que empezar de nuevo en un lugar desconocido para nosotros, sobre todo, para los que veníamos de otros pueblos; un lugar desconocido en el que seríamos los pequeños.
Y de pronto, llegó ese día que todos recordamos perfectamente. Todos vivimos experiencias diferentes aquel día que pudieron ser mejores o peores para cada uno, pero de lo que sí estoy segura es de que cuando pensamos en aquel quince de septiembre de dos mil once, todos sonreímos con cariño.
En ese entonces, estábamos en 1º de la ESO, y mirábamos hacia el fondo del pasillo observando curiosos a los grandullones de 4º; eran los mayores del insti, y todavía muchos nos acordamos de apartarnos cuando pasaban por el pasillo o de agachar la cabeza cuando nos hablaban.
A partir de ese momento, todo empezó a ir más rápido; los meses pasaban volando, y cuando queríamos darnos cuenta ya había pasado otro verano y volvíamos a reunirnos en clase, viendo los cambios que habíamos sufrido en tan solo tres meses de vacaciones.
Y, aunque cada nuevo curso solíamos alegrarnos mucho de volver a vernos, no todo era armonía y buen rollo entre nosotros. ¿Qué queréis que os digamos? Estábamos en plena edad del pavo y con las hormonas revolucionándonos. Ahora cuando lo pensamos no queda más remedio que reírnos de todas las broncas y discusiones absurdas que teníamos, con conversaciones tipo:
-        ¡Pero si en El Picazo no hay nada!
-        Por lo menos nosotros tenemos río.
-        Sí, pero ¿de qué os vale el río? Si tenéis que venir aquí porque allí no tenéis instituto.
Y como esta, un sinfín de tonterías más que provocaron que la típica rivalidad peliculera entre pueblos e incluso entre el "A" y el "B" fuera una realidad para nosotros.
Ahora agradecemos al tiempo y a la madurez que este nos ha dado por hacernos comprender que esto era la adolescencia y que juntos podemos conseguir grandes cosas; porque “quien quiere, puede” y  como bien dice la frase: "somos una piña: uno para todos, y todos para uno".
Apenas hace nueves meses que comenzamos el curso de 4º; empezarlo supuso otro cambio más, el tener que hacernos a la idea de que el "A" ya no sería más el "A" y el "B" tampoco sería nunca más el "B". A partir de entonces seríamos "los de ciencias" y "los de artes", e iríamos a clase con compañeros a los que conocíamos pero con los que nunca habíamos convivido durante un año entero de clase.
Además, al pensar que este sería nuestro último año aquí, tendíamos a pensar inevitablemente en todo lo que habíamos recorrido: todas las dificultades que habíamos superado, toda esa gente con la que entramos en 1º y que ahora ya no estaba, y todos los que poco a poco se habían unido a nuestro camino.
Pero sobre todo, estar en 4º suponía que los grandullones a los que mirábamos con miedo cuando entramos éramos ahora nosotros, y que, irremediablemente, teníamos que decir adiós.
Y aunque, por una parte, queríamos que no llegara el fin, otra gran parte de nosotros, tenía muchas ganas de que llegase este momento; por eso, hemos estado todo el curso intentando dejar una pequeña huella de nuestro paso por el IESO "Camino Romano", preparando mil cosas para que este día tan especial para nosotros todo salga perfecto, y despedirnos por todo lo alto, para que este día y las emociones y recuerdos que trae consigo perduren en nuestra memoria para siempre.
Así que, solo queda dar las gracias:
A todos y cada uno de los profesores, los que continúan con nosotros y los que se han tenido que marchar, gracias por vuestro esfuerzo y vuestra lucha diaria (sabemos que no ha tenido que ser nada fácil), por habernos ayudado a crecer y a ser lo que somos hoy en día. Gracias.
Gracias también a toda la gente que nos ha ido acompañado en el camino, hayan llegado al final o no, porque todos habéis aportado algo en mayor o menor medida.
Pero sobre todo, gracias a los que ahora vais a subir a recoger la orla junto a nosotras, por este grandísimo curso a vuestro lado, por las risas, los buenos momentos e incluso por lo no tan buenos. Juntos hemos formado el puzzle perfecto que nos ha unido más que nunca. Solo queda decir que esto es solo un "hasta pronto" y que volveremos a vernos y a compartir experiencias juntos antes de lo que nos imaginamos.
Quién sabe, quizá ni siquiera nos dé tiempo a echarnos de menos.
De todo corazón, gracias.
Os queremos.


Discurso final por María Zamora y Celia Cerrillo (4ºA) para el acto final, 24/06/2015


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